El hombre no viene al mundo predeterminado. El concepto de ambioma se ha definido como “el conjunto de elementos no genéticos, cambiantes, que rodean el individuo y que junto con el genoma y proteoma conforman el desarrollo y construcción del ser humano o puede determinar la aparición de enfermedad”.
El destino del ser humano sigue siendo incierto. No está escrito en ninguna parte y desde luego no en sus genes. Los genes encierran los códigos que dictan el “ destino”, si, de la construcción anatómica de nuestro organismo y con ello de nosotros, los seres humanos, como especie (del genoma humano sólo sale deterministicamente un ser humano, sea éste con o sin defectos). Pero no, de ninguna manera, son depositarios los genes de nuestro destino como individuos. Ni en la salud ni en la enfermedades vamos a padecer. Muy poco hay escrito en nuestro genoma que determine “fatídidicamente”, “ determininisticamente”, nuestras apetencias y nuestros gustos, nuestro “sabor” por las alegrías y tristezas del mundo, ni nuestra mirada “larga” mas allá de nuestra existencia. Ello se debe a que nuestro cerebro construido a las ordenes de nuestro genoma, lo hace de una manera o de otra en función que en esa construcción proporciona el medio ambiente, físico, químico, familiar y social que rodea al individuo.
No podemos cerrar los ojos a esta realidad, esta nueva área de conocimientos, el ambioma, nos llevará a darnos cuenta que tiene ingredientes que influyen, y a veces poderosamente, en el individuo y en su desarrollo a lo largo de su vida, hasta tal punto que, se cree pueda ser el factor determinante para acortarla en el tiempo.